Aceite de rosa mosqueta

Descripción

Producción del aceite de rosa mosqueta

La planta de la rosa mosqueta, crece de forma silvestre en Chile, preferentemente entre la cordillera de la Costa y la de los Andes, siendo un arbusto de 0,5 a 3 metros de tallos jóvenes y muy espinosos. El fruto, llamado cinorrodón, es un pseudo fruto que está formado por el tálamo acopado de color rojizo-anaranjado que encierra muchos frutos verdaderos, erróneamente llamados semillas o “pepas”, siendo su recolección manual.

El cinorrodón de la rosa mosqueta es secado al sol o en hornos a menos de 60ºC, con el fin de evitar la pérdida de vitamina C de su “corteza”.

El aceite es obtenido por Primera presión o Prensado en Frío directamente del falso fruto o de las semillas sin la cascarilla para evitar que se tiña de sus carotenos naturales.

Una vez obtenido, el aceite es purificado por una completa operación de refinamiento (reducción de la acidez, desodorización, despigmentación parcial, estabilización, filtración y winterización).

El refinamiento permite mejorar la estabilidad del aceite durante su conservación, sin embargo, con el fin de aumentar aún más su conservación, el aceite es además protegido por un anti-oxidante.

Propiedades y características

El aceite de Rosa Mosqueta contiene principalmente triglicéridos altamente insaturados, superior al 90 %, destacando principalmente los Ácidos Grasos Esenciales Oleico, Linoleico y Linolénico; el resto son ácidos grasos saturados del tipo palmítico y esteárico.

Este alto contenido de ácidos grasos insaturados, nutrientes vitales tanto en la formación de la membrana de las células como en los mecanismos de defensa y en el crecimiento de la piel, confiriendo propiedades de fluidez, flexibilidad y permeabilidad, convirtiéndolo en un producto ideal para los cuidados de la piel por su capacidad rejuvenecedora.

De acuerdo a las últimas conclusiones científicas es uno de los regeneradores dérmicos más poderosos que existen, sin efectos peligrosos y con la única contraindicación de que al tener un alto contenido en lípidos (grasa) no es recomendable en pieles grasas o con acné.

El Aceite de Rosa Mosqueta renueva las membranas celulares, realza la capacidad de la respuesta inmunitaria cutánea y estimula la regeneración de la piel. Este aceite penetra rápidamente las capas superiores de la piel y hace que las células produzcan más colágeno y elastina. Esto por sí mismo torna la piel más firme y sana.

Su uso reduce perceptiblemente las arrugas y los signos de vejez prematura, pero sus aplicaciones no se reducen a las arrugas. También es altamente beneficioso en caso de estrías, quemaduras, cicatrices, queloides y manchas cutáneas debidas a varices o derrames.

Aplicaciones

El Aceite de Rosa Mosqueta se aplica por gotas, sobre la zona afectada y se masajea suavemente hasta que penetre en la piel, en una rutina que un mes da resultados sorprendentes.

Un masaje con Aceite de Rosa Mosqueta también sirve para luego de una exposición al sol u otros agentes externos como el viento y el frío, factores éstos que resecan profundamente la piel.

En el caso de las mujeres embarazadas, se recomiendan suaves masajes en los pechos y el abdomen durante el último trimestre de gestación para evitar la aparición de estrías.

Por vía interna, el Aceite de Rosa Mosqueta tiene indicaciones similares a las del aceite de Borraja, de Onagra, de Pescado, de Omega 3, etc.